domingo, 30 de mayo de 2010

Actividades para reflexionar sobre el sistema de escritura

En esta ocasión abordaré otra de las modalidades de trabajo didáctico que se establece en los programas de estudio de Español 2009: Las Actividades para Reflexionar sobre el Sistema de Escritura.

Las diapositivas que siguen son sólo una imagen y una parte del documento completo; si deseas tener el power point completo, sólo escríbeme a enriquelepe@yahoo.com.mx y solícitalo... Y por favor: deja tus comentarios: ayudan mucho a seguir en esto.

Saludos de Enrique Lepe García.






















lunes, 3 de mayo de 2010

¿Reprobar o no reprobar en primer grado?

En estos días (mayo y junio) muchos maestros que enseñan a leer en primer grado de la educación primaria se encuentran ante el dilema ¿deben reprobar a los niños que no saben leer y escribir o deben pasarlos al siguiente grado sin este aprendizaje? En este texto haré algunas reflexiones y brindaré algunos elementos teóricos y prácticos que pretenden ayudar a los maestros a tomar una decisión más fundamentada.

1. Lo que dicta la tradición

De alguna situación de la que nadie tiene una explicación concreta salió la exigencia de que los niños deben aprender a leer durante el primer grado de la educación primaria; sólo la tradición sustenta esta afirmación, pues no hay documento oficial alguno que avale esta “regla”.

Es probable que la tradición venga de la creencia de que los niños, al solo pronunciar los sonidos que le dicen las letras (es decir, sonorizar) ya saben leer. Sin embargo, los que hemos estudiado a fondo los procesos psicosociales por medio de los cuáles los niños aprenden a leer de manera comprensiva, sabemos que no basta con que los niños sepan decodificar las letras, sino que el verdadero aprendizaje de la lectura y la escritura es más complejo y lleva más tiempo que el que se lleva en aprender a hacer sonar las palabras sin comprenderlas.

La tradición es tan fuerte (a pesar de que no tiene fundamento psicológico ni didáctico) que se ve apoyada por muchos padres de familia, directores y algunos maestros, que creen de manera falsa que lo más importante es aprender pronto a reproducir los sonidos de las letras, aunque no se comprenda lo que leen; y esta ha sido la única razón para que muchos actores sociales exijan a los niños un aprendizaje superficial y poco útil. Y esta es la principal razón por la que muchos profesores se ven obligados a reprobar a los niños: la presión de algunos padres, algunos directivos y algunos compañeros docentes.

1. Lo que establecen los materiales oficiales.

A diferencia de la tradición mal parada que sustenta que los niños no pueden pasar a segundo grado si no saben leer, hay documentos oficiales que establecen lo contrario: el periodo para que los niños aprendan a leer y escribir puede extenderse hasta segundo grado si no lo logran en el primero. Aquí las evidencias.

Los niños ingresan a la escuela con el dominio de la lengua oral y con nociones propias acerca del sistema de escritura. Sin embargo, el nivel y la naturaleza de estos antecedentes son muy distintos entre un alumno y otro y generalmente están en relación con los estímulos ofrecidos por el medio familiar y con la experiencia de la enseñanza preescolar.

La situación mencionada influye en los diferentes tiempos y ritmos con los que los niños aprenden a leer y escribir. El programa propone que este aprendizaje se realice en el curso del primer grado, lo cual es factible para la mayoría de los alumnos. Sin embargo, son frecuentes las ocasiones en que, por distintas circunstancias, este objetivo no se cumple. En estos casos es conveniente y totalmente aceptable que el maestro extienda hasta el segundo grado el periodo de aprendizaje inicial .


El extracto anterior es del Plan y programas de estudio 1993. Educación Básica. Primaria. En él ya se prefiguran algunos rasgos del enfoque de enseñanza que sigue vigente: considerar que los niños llegan a la escuela con muchos conocimientos sobre el lenguaje, que estos conocimientos son distintos en los niños; pero especialmente pone de relieve una afirmación que es válida hoy en día: “es conveniente y totalmente aceptable que el maestro extienda hasta el segundo grado el periodo de aprendizaje inicial” de la lectura y la escritura.

Este documento dio origen al siguiente programa que en estas fechas (2010) está vigente en las escuelas del país: el Programa de Español 2000: que establece de manera oficial lo siguiente:

Tradicionalmente se ha considerado que durante el primer grado los niños deben apropiarse de las características básicas del sistema de escritura: valor sonoro convencional de las letras, direccionalidad y segmentación. Sin embargo, se había perdido de vista que antes de ingresar a la primaria los niños han tenido diferentes oportunidades de interactuar con la lengua escrita en su medio familiar o en el nivel preescolar, y que esto influye en el tiempo y el ritmo en que logran apropiarse del sistema de escritura, en tanto sus conocimientos al respecto son muy variados. Aunque la mayoría consigue escribir durante el primer grado, algunos no lo logran. Por ello, en el presente programa se consideran los dos primeros grados como un ciclo en el que los niños tendrán la oportunidad de apropiarse de este aprendizaje. La consolidación y el dominio de las características del sistema de escritura se propician a partir del tercer grado, considerando también las diferencias de estilo y tiempo de aprendizaje de los niños .


Como puede verse, de los antecedentes de los niños y de las oportunidades que ellos tengan de interactuar con materiales escritos depende su avance en el aprendizaje de la lengua escrita; es por ello, dice el programa, los niños tendrán la oportunidad de aprender a leer y escribir durante los dos primeros grados de la educación primaria.

En el marco de la Reforma de la Educación Básica (RIEB) se establecieron nuevos programas de estudio para la educación primaria que comenzaron a ser obligatorios a partir de 2009. En las reformas a los programas de estudio, como se sabe, se cambian diversos elementos y se mantienen algunos; felizmente, en los nuevos programas de Español para primer grado se mantiene este lineamiento que se viene repitiendo desde hace 17 años en los documentos curriculares oficiales: los niños deben tener la oportunidad de aprender a leer durante el primer ciclo de la educación primaria, es decir durante su curso por primero y segundo grados.

Los programas de primero y segundo grados tienen como finalidad que los alumnos comprendan el principio alfabético de escritura. En este apartado las actividades tienen el propósito de enriquecer los momentos de reflexión de los alumnos acerca del sistema de escritura, particularmente durante el primer ciclo de la educación primaria .


No parece tratarse de un error, tras tantas reiteraciones en documentos oficiales: no hay razón para reprobar a un niño que no aprendió a leer en primer grado: los programas de estudio establecen que debe dársele la oportunidad de aprender a leer en el segundo grado.


2. Lo que dice la investigación educativa (y psicológica)

Hay muchas investigaciones que documentan los riesgos y lo injusto de la reprobación en el primer grado, como consecuencia de una concepción limitada el acto de leer y escribir, a continuación algunas referencias:

• Emilia Ferreiro documenta: “El informe de CEPAL-UNESCO de 1992 lo dice claramente: casi la mitad de los niños repiten el primer año de la escuela primaria, lo cual tiene consecuencias para el resto de la escolaridad. En 1988 casi el 30% del total de alumnos de nivel primario, en toda la región latinoamericana, eran repetidores. (Con fines comparativos basta con indicar que en los países más desarrollados la tasa de repitencia se sitúa alrededor del 2%.) En consecuencia, aunque los niños latinoamericanos permanecen en la escuela unos siete años, apenas cumplen con cuatro grados de la escolaridad obligatoria. La repitencia también tiene consecuencias económicas (y es ésa la razón fundamental que ha contribuido a su visibilidad actual): en 1988 el costo de la repitencia se calculó en más de 3300 millones de dólares, casi un quinto del total del gasto público en educación primaria de la región”

• Susana Luna Sierra documenta, en una investigación realizada en la década pasada: Si se toma como referencia un dato del ámbito nacional y de ciclos escolares anteriores, encontramos el mismo fenómeno; es decir, primero es el grado donde hay mayor cantidad de reprobados. En el ciclo escolar 1976-1977, los repetidores de este grado escolar en el país, sumaban 595 095 del total de 3 243 659; lo cual representa en términos porcentuales 18.35 %. Al respecto, Emilia Ferreiro expresaba: la enseñanza-aprendizaje de la lectura y la escritura ha sido un problema recurrente en la educación escolarizada en México, y continúa siendo un elemento determinante en la reprobación del primer grado

Por su parte, Carlos Sánchez, Médico Pediatra y Profesor Asesor del Consejo Legislativo Merideño, hace las siguientes reflexiones en su texto: “La escuela, el fracaso escolar y la lectura”.

Es así como la gran mayoría de los niños que provienen de los sectores menos favorecidos de la sociedad ingresan al primer grado de educación básica en los niveles cognoscitivos iniciales del proceso de alfabetización, siendo imposible que se alfabeticen en el transcurso de un año. Estos niños, inevitablemente recién “arrancarán”, es decir, recién aprenderán a leer y escribir convencionalmente a fines del segundo grado o en el transcurso del tercer grado de escolaridad, y son candidatos a la repitencia de acuerdo con los criterios tradicionales aplicados por el docente en cada caso particular.

d) La repitencia de estos niños es injusta, porque los niveles que alcancen al final de cada grado escolar no dependen de ellos (ni de su inteligencia, ni de aptitud ni de “competencia” alguna), sino de los niveles con que ingresaron a la escuela, y éstos a su vez dependen directamente de las oportunidades que hayan podido tener en su entorno para interactuar significativamente con materiales escritos. Va de suyo que tampoco los logros de estos niños en materia de alfabetización dependen de sus padres, que en los medios menos privilegiados podemos suponer que no dominan la lengua escrita, e inclusive pueden ser analfabetos.

Por todo lo antedicho, con la repitencia se castiga injustamente a un niño que tal vez durante el año escolar haya realizado un gran esfuerzo, que pudo haber avanzado notablemente en el proceso de alfabetización inicial, aunque no haya llegado todavía a alfabetizarse.

El castigo es aún más injusto si se piensa, de acuerdo con los conocimientos que actualmente se poseen sobre el proceso de alfabetización, que ese niño habrá de alfabetizarse sin mayores problemas en el curso de los meses siguientes, si se le da la oportunidad de hacer uso significativo de la lectura y la escritura, en el seno de una práctica social .


3. La decisión debiera ser colectiva.

Una consideración que puede ayudar a los docentes de primer grado a reducir su angustia respecto a la decisión de reprobar o no reprobar es tener en cuenta que pasar a un niño o no de grado ya implica una responsabilidad compartida con otros docentes de la escuela: un niño que pasa de grado (sepa leer o no) o un niño que repite serán responsabilidad de otro docente.

En estas circunstancias, es necesario que los profesores de primero y segundo grado se comuniquen el estado de avance de los niños: de modo que si se decide pasar a un niño de grado sin que haya consolidado su aprendizaje de la lectura y la escritura, el docente que lo reciba pueda proporcionarle el apoyo necesario. Pero también en caso de que un niño sea reprobado por no saber leer ni escribir (un caso no deseable), el docente de primero que lo releve debe saber cuáles fueron las circunstancias por las que el niño no aprobó.

Por otra parte, todo el plantel educativo (incluido el director) debe conocer la manera en que los niños avanzan en su aprendizaje de la lectura y la escritura, puesto que es probable que estos niños cursen todos los grados de la educación primaria en esa escuela y lo que logren o no, a tiempo o no, afectará su desempeño en los distintos grados escolares.


4. ¿Y que sienten y piensan los niños?

Generalmente la decisión de reprobar a un niño en primer grado se toma desde el punto de vista del docente: se piensa en los problemas que estos niños que no saben leer pueden causar en un grupo que ya está avanzado; estas consideración se da bajo el supuesto de que todos los alumnos deber ir avanzando de manera uniforme para facilitarles su aprendizaje.

Cuando se decide que un niño repruebe el primer grado también se tiene en mente una postura tradicional sobre la educación: la repetición permitirá aprender.

Piense el lector que está llegando al final de un curso que le ha tomado un año y que su instructor o coordinador le avisa que usted está condenado a repetir el curso porque de esa manera aprenderá mejor: ¿en verdad lo creemos así? ¿Repetir las mismas lecciones, las mismas prácticas, los mismos ejercicios, (casi las mismas palabras) nos hará aprender mejor? Pónganse el lector un momento en lugar de los niños y trate de sentir o pensar lo que piensan: ¿repetir? ¿Por qué? ¿En qué soy diferente? ¿Por qué se van los amigos de todo un ciclo escolar y yo me quedo? ¿Soy menos que los demás? ¿Puedo menos?

¿En verdad le hace bien a un niño repetir un grado escolar? ¿La decisión de reprobarlo se toma por su bienestar?

Cierro esta parte de reflexiones con una cita: “…es imperioso tomar conciencia de que la permanencia del niño en el grado que cursó mientras sus compañeros prosiguen estudios en el grado superior, representa una lesión irreparable de su autoestima. Esta sanción es desmesurada, y lejos de facilitar la alfabetización y el éxito escolar subsiguiente, puede originar un bloqueo de difícil o de imposible superación.”

Conclusiones

1. No hay documentos que establezcan que si un niño no aprende a leer en primero grado deba ser reprobado.
2. Los documentos curriculares establecen que un niño tiene la oportunidad de lograr el aprendizaje de la lectura y la escritura hasta primer grado.
3. Hay investigaciones educativas que advierten sobre las desventajas de reprobar a los niños en primero grado.
4. La decisión de reprobar o no a un niños debiera tomarse en el colectivo escolar, de modo que puedan compartirse responsabilidades sobre la continuidad y apoyo a los niños.
5. Debiera considerarse lo que un niño siente y piensa cuando es reprobado y la manera en que este hecho afecta su vida futura.