lunes, 9 de febrero de 2009

LA ESCRITURA Y SU EVALUACIÓN

Hola:
Esta vez les quiero compartir un texto que publiqué en el Diario Milenio, en el suplemento "Campus Milenio" Si lo quieren leer en línea, este es el vínculo.

http://www.campusmilenio.com.mx/307/opinion/ceneval.php

Saludos

LA COMPETENCIA DE ESCRITURA Y SU EVALUACIÓN

La definición de escritura ha ido evolucionando paralelamente a los cambios sociales, económicos, culturales y tecnológicos de las últimas décadas. La imagen del copista de la edad media, quien plasmaba letras copiadas directamente de un original, sobre un soporte físico, trazando cuidadosamente las letras con tinta e instrumentos especializados; se contrapone con la imagen de un adulto (o un niño inclusive) de la época actual, frente a una pantalla oprimiendo teclas para escribir en un soporte virtual que no necesariamente se traduce en un texto físico impreso en papel.

Daniel Cassany[1], en una revisión reciente del concepto de la lengua escrita, enumera una serie de factores que afectan en la actualidad el proceso de lectura, muchos de los cuales afectan también el proceso de escritura; a saber: las nuevas tecnologías, la multiculturalidad, los avances en la investigación científica, y la profundización de la democracia, entre otros.

Por otra parte, el concepto de aprendizaje, y en especial el de aprendizaje a lo largo de toda la vida, han transformado las percepciones de la competencia escritora y de las necesidades a las que ha de hacer frente. La lectura y la escritura son las principales herramientas del aprendizaje; pero además, “la adquisición progresiva del código escrito implica el desarrollo de capacidades cognitivas superiores: la reflexión, la crítica, la conciencia de los procesos de pensamiento propios y ajenos”[2]

De ahí la importancia que estas dos competencias tienen tanto en la enseñanza como en la evaluación: se requiere información acerca de la medida en que la escuela está cumpliendo con una de sus funciones básicas, enseñar a leer y escribir.

La más recientes investigaciones (y quizás no tan recientes pues tienen al menos dos décadas) coinciden en señalar que la escritura es resultado de un largo proceso que pasa por varias etapas y que implica tareas complicadas.

Estas concepciones han permeado en el campo educativo y se han generado contextos en el sentido de que es necesario enseñar en la escuela la escritura como un proceso: “… la escuela debe proponerse como objetivo la adquisición de técnicas elementales por parte del mayor número posible de estudiantes. Para aprender a hacer una redacción es fundamental determinar las diferentes fases de su realización: planificación, reunión y organización de las ideas, escritura, revisión y redacción final”[3]

El proceso de escritura ha sido definido por varios autores de diferente manera, algunos proponen más etapas que otros, pero todos coinciden en dividir el proceso en tres grandes momentos: la planificación, la escritura y la revisión; el siguiente cuadro ilustra las tres etapas y las diversas formas de nombrarlas:

En la escuela, tradicionalmente se ha dado más importancia a lo que los alumnos escriben, es decir, al producto que al proceso que siguen para hacerlo: es típica la escena en que el profesor plasma en los trabajos de sus alumnos una serie de marcas (con un color especial para que sean más visibles) indicando los errores de los estudiantes que deben corregirse, o una nota final calificando el trabajo. Muy pocos son los docentes que supervisan el trabajo de composición de los textos y evalúan (en el sentido de obtener información sobre los avances), para dar sugerencias de mejora, antes de que el escrito se dé por concluido.

Desde una perspectiva de la enseñanza de competencias es que cobra más sentido la enseñanza y la evaluación de los proceso de escritura, especialmente la que se relaciona con la revisión de los textos.

¿Qué evaluar de la competencia de escritura?

Para la realización de una prueba de la competencia de escritura se deben considerar como evaluable las dos últimas etapas del proceso: la textualización (el primer intento de escribir o primer borrador) y la revisión y corrección del texto. Se omite la primera etapa, porque generalmente consiste en un proceso mental difícil de objetivar: “En el proceso de planificación los escritores se forman una representación mental de las informaciones que contendrá el texto. Esta representación es muy abstracta. No es necesariamente un esquema completo y desarrollado. En algunos casos, una palabra clave puede representar una cadena completa de ideas. Además, no es preciso que sea verbal: puede ser, por ejemplo, una imagen visual” (Cassany: 1989). En cambio las etapas de textualización y revisión del escrito dejan evidencias claras en las que se pueden medir los aprendizajes de los alumnos sobre el acto de escribir.

De manera pues, que a la par de los cambios del concepto de escritura, deben cambiar las ideas acerca de su enseñanza y su evaluación.

México, D.F., enero de 2009
[1] CASSANY, D. (2006).Tras las líneas. Sobre la lectura contemporánea. Barcelona: Anagrama.
[2] ATORRESI, A. Competencias para la vida en las evaluaciones de lectura y escritura (SERCE – LLECE). Buenos Aires: UNESCO-OREALC.
[3] SERAFINI, M. T. (1991). Cómo redactar un tema. Didáctica de la escritura. México: Paidós.